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LA CARNE DEL MUNDO

La bailarina, coreógrafa y docente de danza contemporánea Lucía Marote estrena su última obra LA CARNE DEL MUNDO.

 

→ Idea y dirección: Lucía Marote
→ Bailarinas: Aurora Costanza, Lucía Marote, Rocío Barriga
→ Asistencia a la dirección: Alberto Alonso
→ Acompañamiento artístico: Amalia Fernández
→ Diseño de iluminación y dirección técnica: Cristina P.Bolívar
→ Artistas colaboradoras: Clara Pampyn, Mar López, Tata Quintana, → María Pizarro
→ Gestión: La Tarea
→ Con apoyo del Ayuntamiento de Madrid, Comunidad de Madrid, Réplika Teatro y Adventium

 

Imagino el espacio vacío, con mucha luz. Una luz que no esconde nada, que no disimula. Un lugar donde podemos vernos, donde puedo verte y puedes verme. Estamos aquí y movemos la carne. Poco a poco nuestros cuerpos se van llenando de calor y algo se va suavizando, despojando, desidentificando. Nuestra carne y nuestra piel se colorean. Van brotando gotas de sudor como joyas o cristales por donde dejamos pasar esta luz que va creciendo y que va llenando el espacio. Devolviéndole lo que es suyo, lo que hace un tiempo cogimos, o nos fue dado, y nos hace sabernos parte de la carne del mundo.
Seguimos aquí, en un acto colectivo, ritualístico, invitándote a mover la carne para vivirla, para celebrarla. Movemos la carne para derribar mitos. Para invocar y para evocar. Movemos la carne con paciencia, sin expectativas. Movemos la carne para ver la carne. Muevo la carne para que me veas. Para que me veas mover la carne y todo cobre sentido. O no. Muevo la carne para afirmarme, para quererte. Y para quererme. Muevo la carne para recordar de dónde vengo.

 

Sobre la carne del mundo…

Nací en Costa Rica, de madre costarricense y padre español, y viví ahí hasta los 22 años. Ahora llevo 22 años en España. Cuando me preguntan de dónde soy, me cuesta saber cómo responder, no me siento de un lugar o de otro, y a la vez siento que en mí hay mucho de los dos. Llevaba un tiempo sintiendo el deseo y la necesidad de reconocer mis raíces y de permitir que se integre en mi cuerpo todo lo que me ha permitido llegar hasta aquí, ahora. En realidad, mi cuerpo siempre ha sido y siempre ha sabido.

En mi cuerpo todo está integrado, siempre lo ha estado, si alguna vez he dudado ha sido desde las ideas, no desde el cuerpo. El cuerpo es contundente y maravilloso. En el cuerpo no hay dudas ni certezas, ni preguntas ni respuestas, en el cuerpo hay lo que hay, es lo que es, todo es verdad en el cuerpo. Este cuerpo hecho de carne, de materia, hace posible que viva esta vida. Durante mucho tiempo pensé que mi cuerpo no estaba mal pero podía ser mejor, y ese “mejor” estaba definido por patrones e ideales que no tienen nada que ver con su esencia. Pero mi cuerpo no debería ser de una manera o de otra. Mi cuerpo es un regalo y he decidido dejar de cuestionarlo y de intentar o desear o esperar a que sea de otra manera. Hoy celebro este cuerpo, y celebrando este cuerpo celebro todos los cuerpos.

La carne del mundo es ese ritual de celebración, un homenaje y una invitación a aceptar, reconocer y festejar todos los cuerpos como lo que son: materia y vida. Cuando empezó a gestarse La carne del mundo me vino a la memoria una imagen de mi infancia, cuando miraba a otras personas bailar una música en particular, en cualquier fiesta, generalmente ya avanzada la noche, y esto me daba mucha alegría y ganas de bailar. Esa manera de bailar, que luego supe que en Costa Rica se llama swing criollo, ha sido un punto de partida para desarrollar este proyecto, que podría verse como una deconstrucción y reconstrucción de ese baile popular. Esto por un lado es un acto de reconocimiento de esa parte de mi origen, y a la vez sé que esto no va tan específicamente del swing criollo ni de mi historia particular, sino más bien de eso que nos mueve, vengamos de donde vengamos, eso que nos hace reunirnos para bailar, eso que nos hace sentirnos más vivas desde la entrega compartida al cuerpo.

La carne del mundo también es una declaración de amor al cuerpo, a todos los cuerpos, a lo que posibilitan y a lo que desprenden, a lo que son, a lo que somos, así como cada cuerpo es.

Lucía Marote

 

 

Lucía Marote (Costa Rica, 1980) es bailarina, coreógrafa y docente de danza contemporánea afincada en Madrid. Su trabajo se nutre de una investigación constante sobre el cuerpo como vehículo poético, intuitivo y relacional. Desde su primer solo El Pie (2012), ha desarrollado una obra escénica singular que incluye piezas como Anatomía del sentimiento, Ella, El ojo del huracán (Premio Godot 2022 al mejor espectáculo de danza) y (des)aparecer. Su obra ha sido presentada en contextos como Acieloabierto, Red de Teatros Alternativos, Danza a Escena, Surge Madrid, Madrid en Danza o The Lucky Trimmer. También ha colaborado con creadores como Laimperfecta (Clara Pampyn y Alberto Alonso) y Poliana Lima. Dentro de su trabajo como creadora escénica, ha desarrollado proyectos con comunidades diversas, como El bosque de todos los cuerpos, con personas con discapacidad cognitiva, Construcción, obra creada con jóvenes bailarines en Serbia gracias al apoyo del Instituto Cervantes de Belgrado, Construcción, para la Cía. La Colé y Bandada de barrio, con vecinas del barrio de Prosperidad en Teatro Pradillo. Como docente, ha sido profesora invitada en numerosos centros y festivales como Réplika Teatro, Estudio Carmen Senra, Descalzinha Danza, Danza 180º, Festival Trayectos, Dantzagunea, Corpo a Terra, Belgrade Dance Institute (Serbia), Tejido Conectivo, Laboratorio Teatral William Layton, Conservatorio Superior de Danza María de Ávila, entre otros. Su enfoque pedagógico está íntimamente ligado con la visión creativa, combinando aspectos técnicos con una escucha activa del cuerpo y del espacio, así como un trabajo sobre la atención, la presencia y la relación entre personas. Compagina su actividad artística y docente con la práctica y enseñanza del Yoga Iyengar.

área: Escénicas

creador/a: Lucía Marote

próximas fechas:
28/11/2025 - 21:00h.
29/11/2025 - 20:00h.

precio: 7.00€, 12.00€, 16.00€, 18.00€, 25.00€

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