TODOS SUS PATITOS de Baychimo Teatro, teatro para toda la familia el 23 y 24 de julio
23 y 24 de julio
Doble sesión a las 12h y a las 17h.
Es la historia de Konrad, el zorro, y de Lorenz, el polluelo que se encuentra en el huevo bajo el vientre de su madre, una pata, en medio del bosque.
EL AUTOR
Christian Duda nació como austriaco en Austria, fue bautizado como católico y, a los cuatro años, pasó a residir en Alemania, aunque desde El Cairo se le arabizó enviándole un pasaporte que le acreditaba como egipcio y musulmán, con el nombre de Ahmet Ibrahim el Said Gad Elkarim. Actualmente su nombre es Christian Achmed Gad Elkarim, no profesa ninguna religión y es ciudadano alemán.
Ha puesto en escena numerosas obras de teatro, ha escrito tres novelas, varios dramas, comedias, guiones y Todos sus patitos. Sus textos se publican bajo el nombre de Christian Duda, ha recibido varios premios y vive, como director teatral y autor, en Berlín.
EL ESPACIO
Un bosque. Pero es un bosque donde están todos juntos; actores y público. No hay cuarta pared, el bosque los envuelve a todos. Los acontecimientos discurren muy cerca, las cosas casi se pueden tocar…
La escenografía
Este es un bosque de cacharros: ruedas de bicicleta, tubos, cadenas, palos retorcidos, cuerdas… Objetos que aparentemente nada tienen que ver con un bosque, pero sólo aparentemente.
Arturo Ledesma ordena convenientemente todos esos objetos, buscando una relación entre ellos, una forma, para que los cacharros no nos impidan ver el bosque.
La luz
Es la luz la que da forma al bosque, o más exactamente: la sombra.
Son las sombras de esos objetos proyectadas sobre grandes pantallas blancas las que dibujan el bosque, y ahora sí que aparecen los árboles y las ramas.
Las sombras nos iluminan, pero también lo hace la luz de la luna, la luz del agua del lago, la luz de los patos…
El sonido
Los sonidos del bosque. Aquí también se juega al mismo juego.
Los objetos que proyectan las sombras también suenan, y como suenan bajito, los amplificamos. Y como algunos hay que amplificarlos muchísimo hacen falta micrófonos de contacto muy sensibles que permiten escuchar hasta los pasos de una mosca sobre la mesa.
Así se construye el espacio sonoro del bosque. El sonido de los objetos se mezcla y se confunde y se crea una especie de melodía que suena a árboles, y a agua, y a tierra y seres vivos.