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SUDANDO EL DISCURSO

Una conferencia performática a cargo de Aimar Pérez Galí.

 

 

«En esta presentación hablaré del bailarín como sujeto de subalternidad; hablaré de cómo la formación del bailarín, que lo concibe como un cuerpo-máquina el cuál no requiere de discurso, es uno de los principales agentes de su condición subalterna; hablaré de mi cuerpo como archivo o documento vivo; afirmaré: mi cuerpo es mi tesis; hablaré de la fetichización del cuerpo del bailarín; hablaré de cómo el discurso de la danza no se legitima desde el que la practica sino desde el que la observa y la analiza, y las problemáticas que esto conlleva.
Y todo esto lo puedo hacer porque soy bailarín, y mi práctica, o mi discurso, tanto físico como teórico, es atravesado por este cuerpo, que suda y habla.»

 

 

 

Creación, texto, voz e interpretación: Aimar Pérez Galí
Apoyo: Paul B. Preciado, Mar Medina y Jaime Conde-Salazar
Duración: 50 minutos
Música: El lago de los cisnes, Chaicovsky
Agradecimientos: Manuel Asensi, Valentín Roma, Mónica Extremiana, Luis Miguel Félix, Xavier Le Roy, Paz Rojo, Eszther Salamon y Bea Fernández

 

http://aimarperezgali.com/

 

Aimar Pérez Galí desarrolla su práctica artística en el campo de la danza y las artes en vivo como bailarín, coreógrafo, pedagogo, investigador y escritor, siempre entendiendo el cuerpo como lugar de referencia y la danza no como un fin en sí mismo sino como una herramienta de transformación crítica. Formado en la Escuela Superior de Arte de Ámsterdam, trabajó en Holanda como intérprete y actualmente desarrolla su carrera profesional en España, donde cursó el Master del Programa de Estudios Independientes del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona. Su trabajo transita entre la investigación sobre las relaciones entre danza, discurso, pedagogía y el desarrollo de nuevas metodologías hacia la práctica escénica. Entre sus últimos trabajos escénicos está The Touching Community, la conferencia performática Sudando el discurso, A Post-Believe Manifesto, y The Ping-Pong Dialogues. Ha colaborado con creadores como Xavier Le Roy, Cuqui Jerez, Dora García, Nicole Beutler, Nora Heilmann, Andrea Boziç, David Zambrano, y Silvia Sant Funk entre otros; es director artístico de Espacio Práctico, un espacio auto-instituido en el centro de Barcelona desde 2010; y actualmente es profesor de composición del Conservatorio Superior de Danza del Institut del Teatre de Barcelona.

 

+info:

 

¿Pueden hablar los bailarines?

Gayatri Chakravorty Spivak escribió en 1985 el texto ¿Pueden hablar los subalternos?, clave para los estudios de crítica poscolonial.
Mi intención es proponer la hipótesis de que el sujeto de subalternidad dentro del campo de las artes contemporáneas en general, y de las artes escénicas en particular, es el bailarín o bailarina; siendo la danza la disciplina menor, menos considerada y más desplazada a lo largo de la historia.
Considerar el bailarín como sujeto de subalternidad requiere de un análisis transversal, no sólo a nivel historiográfico, sino también educativo, político y teórico. Varios motivos me llevan a pensarme como sujeto subalterno en las artes contemporáneas: la falta de un discurso propio (académicamente legitimado); la problemática del proceso de formación en el que se excluye cualquier posibilidad de expandir la idea del bailarín-máquina, cuerpo ejecutante-no pensante, acentuando su mudez; la tradición coreográfica conservadora que oprime al intérprete; el proceso de enmudecimiento por parte de teóricos, académicos y críticos que se han apropiado de nuestra voz para generar el cuerpo textual legítimo de la danza, ayudando a fetichizar al bailarín como sujeto de deseo erótico y sexual, cuerpo escultórico moldeado por el movimiento.
Podríamos afirmar que la danza, o el movimiento, ya es un discurso en sí mismo, un discurso legítimo. Como lo es una imagen, una mesa, un museo o un libro. Pero llegar a hacer esta afirmación requiere de un proceso de pensamiento que no podemos dar por sentado2, y es esta la razón por la que me atrevo a apropiarme del concepto de subalternidad y lanzar la pregunta: ¿Pueden hablar los bailarines?
En el texto introductorio de Manuel Asensi a su traducción al castellano del texto de Spivak, La subalternidad borrosa, afirma que la autora “está dando a entender que el subalterno es mudo por definición, y con ello parece reconstruir el subalterno no solo como un sujeto unificado que no puede hablar, sino como un objeto mudo, posicionado al margen de la agencia”3.
Un objeto mudo, posicionado al margen de la agencia, es precisamente como se ha construido históricamente la figura del bailarín. Un sujeto sin capacidad de enunciación ni acción, el cual ha sido relegado a objeto donde proyectar los deseos y fantasías heteronormativas burguesas. Esta idea ha contribuido a la fetichización del cuerpo de los bailarines, un cuerpo escultórico, ideal de belleza, objeto de deseo. Un cuerpo mudo, un cuerpo-objeto, un títere que se mueve según la voluntad de su creador, el que le coreografía, le da de comer, le mantiene, le da visibilidad.

***

1 Gayatri Chakravorty Spivak, ¿Pueden hablar los subalternos?, Traducción y edición crítica de Manuel Asensi Pérez, MACBA, Barcelona, 2009. Al igual que en la traducción de Manuel Asensi, optamos por el plural del término bailarín(es) puesto que “incluye una diferencialidad que alcanza tanto a los sujetos masculinos como los femeninos”, pág. 44.
2 “…la posibilidad de hablar no hay que darla por sentado. Y esa es la razón que le lleva a hacer la pregunta: ¿pueden hablar los subalternos?” Ibid. (p. 14)
3 Ibid. (p. 25)

área: Performance o no performance

creador/a: Aimar Pérez Galí

precio: 10€ anticipada / 12€ taquilla